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ACTITUDES PARA AFRONTAR UN PROBLEMA
Hola, para quienes no me conocen mi nombre es Alvaro Umpierrez autor del libro “Del conflicto a la Paz (Guía práctica para solucionar problemas), profesor de Artes Marciales con más de 20 años de trayectoria y delegado de la organización UCNME para EXTREMADURA.
Durante muchos años me he dedicado a transmitir las enseñanzas de las artes marciales desarrollar el camino de la resolución de conflictos.
Hoy expondré las bases de forma que tú, lector, puedas aprovecharte de estos conocimientos.
El primer principio es la observación, la observación es la clave para encontrar soluciones o vías alternativas a las ya planteadas.
¿Cómo se hace para observar? La práctica incluye meditaciones para aprender a controlar y direccionar la atención. Cuando estás en esta etapa de la resolución, la prioridad es hacerte de un abanico amplio descriptivo y causal de los hechos.
Con la rigurosidad de la observación se obtiene la información para pasar a la siguiente etapa del proceso.
El segundo principio es la evaluación, basándose en los datos recopilados (información empírica) se procede a sopesar el problema, aquí conviene tener un plan de preguntas predefinidas que orienten la atención a encontrar secuencias de acciones potencialmente viables para lograr los objetivos y para verificar la viabilidad de los planes.
El tercer principio es el timmig o sentido de oportunidad, el trabajo riguroso en la observación y evaluación permiten dilucidar el momento adecuado para intervenir. Aquí es donde previamente se debe contar con las herramientas y habilidades suficientes para llevar la empresa a buen puerto.
El cuarto principio es la seguridad, aquí conviene tener armado un protocolo general antes que suceda la acción, con planes de prevención y auxilio que respalden y protejan las decisiones y el proceso.
El quinto principio es la rutina, aquí se plantean trabajos y acciones concretas que periódicamente serán revisado y de ser necesario modificados según vayan surgiendo variantes no previsibles, sin que esto suponga disminuir las probabilidades de lograr los objetivos.
Estos principios gobiernan las cinco etapas del proceso de solución de conflictos, ahora definiremos las tres grandes áreas donde se aplican:
La estrategia, la táctica y técnica, el aspecto psicológico.
La estrategia debe aportar pautas generales de hacia dónde dirigir los esfuerzos para lograr los objetivos.
La táctica y la técnica se centran en el cómo hacer para crear las condiciones adecuadas para que se logren los objetivos.
Y el aspecto psicológico, se refiere a las condiciones necesarias que tienen que darse para que la estrategia, la táctica y la técnica funcionen. Estas condiciones se pueden inducir con habilidades propias de la diplomacia, y para lograrlo se necesita un abanico amplio de conocimientos sobre la naturaleza del hombre, las sociedades y las necesidades, sin olvidar el conocimiento empírico para aplicar los conocimientos con certeza.
Estos tres grandes grupos tienen que ser estudiados y aplicados en función del ámbito, el ambiente y las circunstancias.
Al igual que en la naturaleza, el ámbito se refiere a las normas establecidas e invariables que limitan y condicionan el accionar, “el terreno o las reglas de juego acordadas dentro de una comunidad que se rige por leyes, normas y dogmas”, no se puede crear estrategias inteligente sin observar y evaluar el ámbito.
Siguiendo la metáfora de la naturaleza, al ámbito circunda el ambiente, lo que sería el clima en la naturaleza. El ambiente revela en que momento es oportuno hacer o dejar de hacer determinadas acciones, saber esperar y reconocer las ventajas y desventajas.
Y al ambiente rodea las circunstancias. Las circunstancias son homologas al día a día, a lo individual, a lo específico, a lo que le ocurre a una persona o sector específico de esa sociedad. Entender las circunstancias es conocer las causas y los efectos. Entendiendo las circunstancias se puede afectar otras realidades individuales, influyendo en la percepción y la consecución de decisiones y actos de cada individuo para crear una masa crítica suficiente para cambiar el ambiente y modificar el ámbito.
Aquí es cuando llegamos a la conclusión que el estudio y desarrollo de habilidades de liderazgo son la clave para crear circunstancias, ambientes y ámbitos favorables para la resolución de conflictos.
Para los conflictos no hay soluciones definitivas, esto se explica por la fórmula de OBJETIVO – PROBLEMA- SOLUCIÓN. La única forma de que no existan problemas es la anulación de objetivos y eso es una utopía, lo que sí se puede hacer es simplificar las ambiciones y moderar los deseos para que los objetivos sean los realmente necesarios.
Lo que sí se puede lograr y ya está demostrado por la madre naturaleza, es el equilibrio frágil pero perfecto de vivir en economía.
Saludos de
Alvaro Umpierrez
Shidoshi, escritor
