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sábado, 28 de septiembre de 2019

Los cuatro males de la sociedad

Hoy en día las personas sufrimos por los mismos males que las sociedades antiguas, lo que ha cambiado es que la globalización a dado nuevas realidades.

A continuación haré un breve análisis de estos males y veremos pautas de como controlarlos:

El primer mal es el miedo que se alimenta de la ignorancia sobre los asuntos de la vida.
No es la ignorancia por si misma o las consecuencias de nuestros actos, pues, si se conociera lo que no se sabe, ¿qué quedaría sin probar?
Si todo lo que es castigo ya viniera adjudicado a la existencia, a tal punto que su naturaleza no pudiera ser tomada como castigo sino como parte de vivir ¿qué refrenaría de tomar una u otra decisión?
La verdadera libertad está en transgredir el  miedo, si cada vez que la ignorancia se presenta sobre los asuntos del hombre se decidiera buscar mediante la meditación, la paciencia y la disciplina la sabiduría, el proceder que naciera del conocimiento profundo daría diligencia a los actos y por ende los temores no tendrían razón de existir, pues es mediante este proceder que se atrae certeza.  

Sin temor no hay necesidad de seguir dogmas, creencias y fanatismos, o negar realidades, pues todo queda expuesto a la luz del conocimiento. Eliminando el temor por el castigo, las personas tienen la posibilidad de actuar y decidir libremente por sus ideales, sin que nadie pueda coartarlos, ni doblegarlos. Actuar sin temor a represarías, hace que surja la madurez por experiencia y es esto lo que da el aprendizaje para ser responsable de sus actos, pero si durante toda la vida el ser humano es gobernado por el miedo o por agradar a otros para evitar el sufrimiento, ¿cómo puede darse cuenta de su poder en la capacidad de decisión?


El segundo mal social es la tiranía, esta surge por la incompetencia personal que termina exigiendo de los demás unos resultados que por sus propias ordenes son imposibles de alcanzar. Este mal social es producto de no saber liberarse del primer mal, pues el miedo es el causante de que se decida obedecer a incompetentes, mientras que las personas incompetentes siguen desde su ignorancia dando ordenes, impulsadas por miedos personales.


El tercer mal social es la extorsión, una persona que necesita recurrir a la tiranía, revela su incapacidad de lidiar con las circunstancias, su falta de diligencia revela su ignorancia y la ignorancia esconde su mayor temor. Es así que limitado por sus temores decide usar el chantaje material (referido a los bienes materiales y el dinero) físico (referido a la amenaza y el castigo corporal) y emocional (referido a lo narrativo).


El cuarto mal social es el dar de mala gana a la gente lo que es para la gente.
En este punto de la lógica, es fácil entender lo difícil que es encontrar la magnanimidad en la sociedad, cuando en ella, el ser humano ya no es capaz de reconocerse libre e independiente. Es por eso que para evitar ser víctimas del sufrimiento, conviene convertirse así en individuos de una sociedad utilitaria, donde cada uno es su propio yo, y el conjunto está para crear poderes que sirvan para protegerse mediante normas y convenios, de la voracidad del otro.



En resumen, el mayor mal de la sociedad siempre a sido y será el miedo, sus múltiples manifestaciones derivan de la ignorancia, y su cura reside en la búsqueda de la iluminación. 

domingo, 15 de septiembre de 2019

La estrategia "Hacerse uno con los problemas"

Hay momentos de la vida que los problemas sorprenden, aumentando la ansiedad y el estrés, y a veces llevando el estado anímico a la depresión. 


¿Cómo salir de una situación conflictiva?

  En mi libro EL ARTE DE CRECER, narro la vivencia  de dos de mis alumnos, los descubro en un forsejeo donde ninguno parecía tener la posibilidad de vencer al otro, solo esperando a que una de las dos energías se agotara primero. Ahí, fue cuando hice la pregunta:


 "¿Quién es SUI y quién es CHI? "
"Yo soy CHI "dijo uno, y el otro alumno dijo; "yo soy SUI".
A lo que agregue; "Yo no veo SUI ahí".
Rápidamente quien se identificaba con el concepto SUI, hizo para sí la fuerza que CHI intentaba imponerle logrando que éste quedara derribado ante sus pies.

SUI es el concepto de fluir como el agua, CHI es el concepto de inmovilidad y determinación como la tierra. 


Ante las cosas que no cambian se Tú quien se adapte.


 Adaptarse requiere de permitir que el adversario entre con su fuerza para aprovechar los espacios, CHI necesita resistencia para mantener su estabilidad, si no tiene donde depositar su fuerza, esta se disipa y pierde control voluntario en su dirección.


En la vida cotidiana, la estrategia de "hacerse uno con los problemas" significa aceptarlos, permitirse observarlos con detenimiento, dejar de querer destruirlos y encontrar la forma de moverse a pesar de que estén ahí.


Es mejor centrar la atención en comprender como funciona que en encontrar la forma de destruirlo.


Estudiar el problema que acongoja supone primero verlo como ajeno a uno pero aceptando su existencia, descubrir su razón de existir y la forma en que se manifiesta para vislumbrar acciones alternativas, desde la actitud personal.
Estos caminos alternativos son adecuados en el momento que liberan o disminuyen las fricciones, permitiendo y aceptando su razón y derecho de existir. 


LA PREMISA QUE PERMITIRÁ ENCONTRAR SOLUCIONES ES:


 NO ES NECESARIO QUE EL PROBLEMA DESAPAREZCA PARA SEGUIR TRAS LOS OBJETIVOS PERSONALES.



Piénsalo como si tuvieras que cruzar un río para llegar a tu castillo pero el puente es bloqueado por una fuerza enemiga, evaluar supone medir los costes de las acciones antes de emprenderlas:

¿Qué me supone negociar con el enemigo cruzar por el puente para llegar a mi castillo?
¿Qué me supone resistir o lograr pequeñas victorias para menguar las fuerzas enemigas y poder pasar sobre ellas?
¿Qué me supone esperar que sus fuerzas se agoten por cambios en el tiempo?
¿Qué me supone rodear el río para encontrar un bajo?


LAS REACCIONES VIOLENTAS SURGEN DE LA INCAPACIDAD DE MEDIAR CON EL CONFLICTO.


EL DESEO  DE "ANIQUILAR", QUIERO ERRADICARLO DEL PLANO DE MI EXISTENCIA, LLEVA A LA IRRACIONALIDAD. 


jueves, 12 de septiembre de 2019

SOLTAR PARA VENCER (mi experiencia en campus deportivo)


El 31 de agosto comenzó una jornada de deporte e inclusión a cargo de EUEXIA RURAL al cual fui invitado a impartir clases de defensa personal y Yoga. 




El equipo humano de Euexia Rural me hizo sentir uno más, pues entre ellos se veían como una gran familia.


La clase de defensa personal tuvo una duración de dos horas, un gran reto conseguido, considerando que habían niños desde los 6 años de edad en adelante y con diversos grados de discapacidad.


Llevaba una estructura de clase con trabajos específicos.
Por la experiencia, sé que ninguna clase sale como uno quiere y las estructuras que se hacen son solo una referencia de las actividades a dar, pero que luego la dinámica del grupo va revelando exactamente donde enfatizar, en que momento cambiar y cuando aplicar algún juego añadido
pero...

aun así, enfrenté una realidad que no se parecía a ninguna de las que había vivido hasta ese momento.
 Consideré que los más pequeños y algún grupo con algún grado en déficit de atención no pudiera mantener la concentración, también imaginé que muchos ya estarían cansados a última hora, pensé en sus edades con y sin diversidad funcional,  estimé todo en el marco de que la actividad duraría 2h por lo que mantenerlos a todos practicando por una hora ya sería un logro, y luego sería natural ver un progresivo abandono, por lo cual esperaba conseguir que un 60 o 70% del total llegara a las dos horas de entrenamiento.
PERO...




El problema surgió ni bien comenzó la clase.
Había organizado el salón en tres partes y una pequeña pista periférica.
Contaba con que el grupo tendría un mínimo de obediencia al mando, pero nunca surgió.
Ni la simple orden de los monitores del campamento: "formemos los grupos ESTRELLA, CRUCES Y CORAZONES", surgió efecto. Por lo que luego de varios fracasos, intentando hacer lo planificado y de improvisar cambios lógicos, decidí soltar todas las ideas que tenía.

Sentí desasosiego.


Rápidamente corté con mi katana mental ese sentimiento, pues la experiencia me ha enseñado que por esa vía solo se llega a la derrota absoluta.


Al decir "mi katana mental" refiero a que he aprendido que cuando todo parece que se va a la "mi...", veo que la lucha lleva a un desgaste mental y físico que condiciona a la ansiedad y derroche de energía, y el coste siempre es más de lo que se puede lograr. Es así que decido soltar la "piola" y dejar que se vaya el "balde" con todo lo que hay dentro. (metáfora que se usaba en mi niñez, que hace referencia a cuando se tenía que sacar agua de un aljibe).
La vida me ha enseñado que si hay una oportunidad, está fuera del sentimiento de desasosiego, es decir; soltando toda esperanza que se sustenta en expectativas que claramente no coinciden con la realidad y centrando la atención en los hechos para proceder con lo que mejor que se tiene al alcance.

Fue ahí cuando dije en voz alta y riéndome de mi situación "se me fue todo de las manos, volvamos a empezar, olviden mis ordenes, reúnanse todos, haremos algo totalmente distinto a lo que había planeado"

Así que con la premisa en mi mente de "sin esperar ningún cambio, no hay ninguna sorpresa" comencé a crear técnicas. (proverbio usado en ninjutsu "BANPEN FUGYO")

Pensé en tres objetivos que eran alcanzables y las transformé en leyes del dojo, entonces dije: " hagan parejas con quienes más se sientan a gusto, de a dos o de a tres personas", en un abrir y cerrar de ojos, todos estaban organizados por su propia naturaleza y afinidad.

Luego dí dos reglas sencillas que se las hice repetir, unas 5 veces en voz alta y gritándolo al unisono, para que se les quedara grabado en la mente:

Relga 1: ¡Voy a divertirme!
Regla 2: ¡Cuidaré de no lastimar a mi compañero o compañera!


Una vez establecida la comodidad, el orden y atención surgieron naturalmente, así fue muy sencillo intuir que hacer, en una observación directa y participativa bastó para ir creando paso a paso lo que funcionaba y evitando lo que no.


Así que llegamos a las metas propuestas:


1)Mantenerlos por una hora a todos juntos.


2) Sobre la segunda hora, esperando un descenso racional de los participantes.


Lo interesante fue que al final, la mitad de los que participaron en la última media hora eran chicos con diversidad funcional, lo cual, me deja una evidencia empírica de que no hay limites sino diversidad.


MI EXPERIENCIA CON EL YOGA Y EL CAMPUS INCLUSIVO



Con el yoga, fue diferente que con la defensa personal, el ámbito sereno y tranquilo que muchos buscaban para lograr la calma, era imposible de conseguir  salvo para algunos que pudieron abstraerse mentalmente, la mayoría estaba más alerta a lo que hacía con su compañero o compañera.


Aunque la calma es algo natural y sana para la psiquis humana, vivimos en una era donde se nos enseña que "el hacer porque puedo hacer me da libertad" sin darnos cuenta que cuando queremos parar no sabemos hacerlo, volviéndonos esclavos del cansancio.
 Intentar hacer yoga desde "El no hacer porque puedo no hacer", se convierte en un hacer, el hacer de no hacer, dejando entonces la imposibilidad de parar, yoga es más que hacer y no hacer, es aprender a soltar para que cualquier momento se vuelva oportuno y conectar con la vibración que nos vuelve pacíficos, reposando en la felicidad, sin hacer o dejar de hacer.