Seguidores

jueves, 10 de octubre de 2019

Sobre la infelicidad moderna y cómo desasearse de ella

En las sociedades desarrolladas, las personas nos vemos sobrecargadas de actividades, compromisos y deseos, son estas cuestiones las que minan la felicidad pues están cargadas de expectativas.


La sola meta de reducir diariamente las expectativas permite sentir la felicidad. El problema surge cuando emprendemos nuestro día, pues ¿qué sentido tendría hacer mucho de lo que hacemos diariamente si no fuera por alcanzar esas expectativas?


El mercado no solo fomenta los deseos innecesarios, asociando los impulsos básicos a los objetos y servicios que este ofrece , sino que facilita el acceso a ellos.

Añadido al problema del emprendimiento diario y sus expectativas que poco terminan manifestándose, está el mercado que vive los deseos innecesarios y que mediante facilidades (cuotas, financiamientos o prestamos) enganchan al individuo en la ilusión de que es posible obtener felicidad inmediata. 

La frustración diaria por tantas expectativas no cumplidas, de parte de uno y de otras personas, sumado al embotamiento de los sentidos al acceder con facilidades a objetos que intentan compensar esa insatisfacción personal, debilitada la voluntad racional, y la mente se siente impulsada a encontrar estímulos nuevos que el mercado intenta satisfacer con productos novedosos.

 Esto se traduce en un carácter insatisfecho y en comportamientos de consumo irracional.




No es el objeto o lo que desea conquistar lo que produce el éxtasis de placer, sino que es el marco limitado lo que potencia el placer.

Es así como el racionalizar el consumo y las expectativas, hacen que lo que se consigue se disfrute con más felicidad.


Para encontrar la verdadera felicidad, es necesario crear una disciplina y rutina diaria de austeridad, pues esta forma de vida, permite que cuando se reciba "un pequeño regalo o logro", este se vuelva más significativo y más disfrutable.
Es así como el disfrutar de una "rica pizza vegetariana" o " una rica carne asada" se convierte en algo placentero, una reunión entre amigos y un encuentro amoroso en felicidad. 




Para volver a la sencillez y gradualmente conseguir una vida un poco más austera que permita volver a la felicidad de las cosas y momentos cotidianos, respóndete a estas nueve preguntas cada 3 meses:

¿De qué cosas y situaciones puedo prescindir ahora y de hacerlo me hará más feliz?

Esto quiere decir que hay cosas y acciones del día a día que producen un desgaste de energía y recursos innecesarios o poco significativos o productivos, revisa en que puedes economizar para liberar momentos, esfuerzos o recursos que puedas dedicarlo a cosas que te den más satisfacción.


¿Qué estoy esperando?


Cualitativa y cuantitativamente qué esperas de ti, de otras personas y de la vida misma. Estas expectativas retinen tu felicidad.
Anota en una hoja las expectativas que realmente más quieres y las que menos quieres que se cumplan, comienza por desechar las que menos quieres, date cuenta que realmente no son necesarias para ser feliz, libérate de ellas y no tendrás que esperar nada para sentirte bien, cuando termines con la lista secundaria, ve a la lista de las expectativas que son importantes para ti y divídela entre las cosas que dependen de ti, las que dependen del azar y las que dependen de otras personas, con las que depende exclusivamente de lo que tú puedes hacer ponte metas, ármate un plan de trabajo. Con el resto acepta que no está en tus manos que suceda, que si vienen serán bien recibidas, pero no centrarás tus acciones en ellas.



¿Cuáles son mis verdaderos valores?

Identifica aquellos valores que no tienen precio para tí y tenlas presente en tu día a día.
Identifica esas características y conductas personales que promueven esos valores y procede según sus dictámenes.


¿Qué hace más fácil mi vida?

Podría haber una curva de aprendizaje en cada encuentro con situaciones y personas, que con la filosofía adecuada se lograría la felicidad natural.
 No solo es necesario despojarse de lo innecesario, sino que aquello necesario se pueda lograr con el mínimo costo posible para que no afecte el equilibrio personal.

¿Cuáles son mis deseos positivos?

Los deseos positivos son los de primera necesidad, como es el comer, el dormir, el respirar, la posibilidad de disfrutar de la existencia sin agregados.
Otros deseos positivos pero que no son de primera necesidad, son las que dependen de las buenas costumbres en las relaciones sociales.

¿Qué me hace especial?

Descubrir el propósito de la vida da sentido a la existencia.
Las metas, relaciones sociales y los valores morales están sujeto al propósito. Es lo que define quién eres y por lo que lucharás.

¿Qué me aleja del dolor?

La felicidad no viene por la adquisición de objetos, logros y reconocimientos, sino de la habilidad de distanciarse del lo que produce dolor (físico y mental).
Para lograr la ausencia de dolor, sigue esta premisa: "Los sueños solo sueños son y lo que se tiene y quiere se sostiene por lo que se hace día a día." Es así como revisando lo que se sostiene y se quiere, se logra discernir lo que se puede soltar, si algo de estas dos cuestiones producen dolor, la mente racional encontrará la forma más adecuada de liberarse de ellos.

¿Qué es el éxito o el fracaso para mí?

El éxito y el fracaso no viene por lograr o perder los "objetos" de deseo, sino por el costo que se tiene que "pagar" por ellos. Ten presente el costo que supone obtener lo que se desea y evalúa si realmente lo quieres pagar, de esa forma podrás evitar el fracaso.

¿Qué le da más significado a mi vida?

Teniendo claro el sentido o propósito de la vida, se descubre que es de calidad y que no, que esfuerzo es adecuado y que no, que es un riesgo justificable y que no, que da seguridad y cuáles son los límites personales.

En conclusión, se puede decir que descubrir el propósito de la vida supone darle sentido a la existencia, motivarse a ser perseverante cada día, superar dificultades y conocerse.

La felicidad en la vida moderna reside en la capacidad de renunciar entendiendo que no todo depende de uno, y aun así teniendo la convicción del propósito personal por el cual existimos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.