Hola amigos, en esta oportunidad quiero orientar los conceptos de formación para un experto.
¿Cuantas veces nos hemos encontrado con expertos que solo son formadores y han dejado de formarse a si mismos?
Dejar de formarse o hacerlo en contadas ocasiones, para un experto que lleva 10.000 horas de práctica no afecta su maestría, si se dedica a enseñar los conocimientos establecidos y comprobados como eficaces durante años.
La cuestión reside en que estos expertos se basan en un sistema que aunque comprobado y con aplicaciones vigentes, dejan en segundo plano la realidad de que hay fuerzas emergentes que traen cambios imprevistos.

Es importante entender que los sistemas de formación y los conocimientos tangibles nunca caducan por completo, pues es por la propia naturaleza (biológica, física) que desde la medicina pasando por todas las ciencias y artes, las bases se siguen manteniendo.
Son las variables interpretativas de la realidad en determinados momentos de la historia humana y las influencias que estas ejercen en el pensamiento y las culturas, las que dan nuevas formas de sistematizar los conocimientos ya establecidos, re-interpretar otros y descubrir nuevos.
De esta diferenciación es que se deduce que una cosa es hacer las tareas cotidianas con efectividad y parecer que se está vigente con las tendencias que la vida trae, y otra cosa es estar en una práctica constante de formación que lo mantiene alerta (al experto) ante los cambios.
Es en este sentido que el sensei Ruben Suarez, a quien tengo como referente en las artes marciales dijo: Quienes hemos coincidido desvincularnos de la asociación en la que estábamos, buscando una nueva forma de conducirnos en el karate, hemos acordado en respetar la última enseñanza directa del maestro y actualizar los conocimientos ni bien terminemos los tramites para unirnos desde nuestra asociación.
¿Por qué?
Porque las habilidades permiten resolver los problemas que se presentan diariamente, y hasta las que no son tan comunes son deducidas con facilidad en los años de mayor actividad en una especialidad, pero la mente deja de habituarse al esfuerzo de "estar preparada para lo inesperado" a medida que se establecen rutinas, y aunque es gradual el déficit, para un iniciado que observa a un experto es un hecho que no pasa desapercibido, porque ahí donde él puede ver un desenlace obvio y fácil de anticipar, el experto se ve sorprendido.
Lo que sucede es que la mente humana para ahorrar energía, mantener la mayor capacidad de memoria y compensar el desgaste biológico y cognitivo propio del envejecimiento va sustituyendo la observación deductiva por la inductiva, basándose en los conceptos adquiridos y la experiencia lograda, esta forma de proceder hace mucho más rápida la resolución manteniendo el indice de fracaso bajo, por lo cual, los expertos de mayor edad aparentan tener más habilidad y resolución que los iniciados en su misma especialidad.

Para concluir y a favor del desarrollo continuo de un experto:
El ejercicio de estar en constante formación, hace que la mente este predispuesta a recibir nuevas posibilidades, aquellas que aun no tiene en consideración, haciendo que esta se libere de sus propias ataduras y esté mucho más receptiva a las sutilezas de los acontecimientos.
El estar en constante formación (para un experto) sirve específicamente para no perder la habilidad mental y responder a los cambios repentinos (habilidad vigente en los iniciados) y no tanto para la adquisición de nuevas formulas (objetivo principal de los novatos).
Manteniendo el entrenamiento de la mente (en entrenar nuevos conocimientos), se mantiene la agudeza mental para conseguir la adaptación, reconociendo las posibilidades de acción ante los cambios inesperados y cuando las opciones son limitadas.
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