Seguidores

domingo, 16 de agosto de 2020

MELANCOLÍA Y TRISTEZA... EMOCIONES IDEALES PARA LA CONTEMPLACIÓN Y SOLIDARIDAD

 


¿Porqué la melancolía y la tristeza nos hace más sensibles y solidarios?

Hoy en día parece que llevar una vida contemplativa nada tiene que ver con caer en el estado de melancolía y ser solidario nada tiene que ver con estar triste.

Pues bien, la realidad es que si uno quiere experimentar vivida-mente la vida (valga la redundancia) es necesario caer en cuenta sobre la impermanencia de nuestra existencia y de todos los seres sensibles, pues en el momento que solemos olvidar o dejamos de acudir a la consciencia de nuestra finitud y de lo manifestado ante nuestros sentidos, a si sea por 1 minuto, 1 hora, 1 día, 1 mes, 1 año, perdemos la perspectiva de la realidad.

La tristeza, es la manifestación de que somos conscientes de nuestra vulnerabilidad y de la de los seres ante los acontecimientos, es esta consciencia la que nos pone en acción sobre las causas que pudieran beneficiar o al menos sosegar el sufrimiento de las demás sensibilidades.

Y la melancolía es la manifestación hecha emoción de la consciencia de que realmente nada se puede retener, todo está en constante desvanecimiento, o camino a la extinción y que por una u otra vía, lo que hoy es mañana ya no será, y lo que hoy está presente para nuestra consciencia mañana ya no lo estará.

A si sea porque el mismo envejecimiento personal hará que los sentidos pierdan su capacidad al punto que los sonidos no sonaran igual que ahora, ni lo manifestado ante la vista, el tacto, el olfato y el gusto tampoco. 

¿Y en cuanto pasará eso?

Pues está pasando ya, depende de la sensibilidad, memoria y atención personal para reconocer como han variado estas cuestiones en los pasos de los mismos años de vida. 

Ya con esta consciencia ni haría falta pensar en que un día no estaremos en esta vida, ni aquello que hoy creemos como permanente, pero de hacerlo falta, se podría apelar a la razón, la observación y el estudio para verificar y recordar nuevamente esta obvie-dad, para traerla a nuestro presente como susodicha sentencia. 

Entonces si bien, la emoción no hace a la consciencia sobre estos asuntos, sí es indicadora de ella, y promotora de acciones que permitirían actuar con sincero compromiso hacia el bienestar del prójimo, esto respecto a la emoción de la tristeza, claro está.

Con respecto a la emoción de melancolía, ésta predispondría la contemplación de las vivencias a un nivel sutil, delicado, atento y contemplativo.

Un ejercicio de recordar cada vez que tomemos una fruta, acariciemos nuestra mascota, pasemos frente a un árbol cargado de frutos o flores, escuchemos un canto de ave o una hermosa música, la lluvia caiga sobre nuestro rostro, el viento o la brisa nos acaricie la piel o despeine, y el sol nos cubra de su luz y calor,  la sola idea de que uno de esos sentidos está menguando diariamente y en nuestra vejez la sensación no será la misma, que no tenemos control ni del día que potencialmente perdamos una de estas capacidades sensitivas, ya no por algún accidente fortuito, sino por el mismo paso del tiempo, nos permitirá detenernos y reconocer que esa experiencia como cada experiencia en cada momento es única y especial.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.