Seguidores

martes, 4 de agosto de 2020

ALEGRÍA VS FELICIDAD ¿Cómo evitar el sufrimiento?




Analizaremos dialéctica-mente las razones de la alegría y de la felicidad para entender sus diferencias conceptuales y así conocer el estado ideal para cada momento. 

Tanto la alegría como la felicidad, son estados emocionales positivas, pero la diferencia radica en los factores condicionantes, las formas de obrar para conseguir el estado y las consecuencias de no lograr el objetivo. 

La alegría, es una construcción positivista, es decir, hay un método posible para alcanzar las cosas que nos dan satisfacción y placer.

La felicidad, es una des-construcción etimológica, es decir, hay un método para descubrir el origen, fuente y detalles  de los cambios de cualquier forma (palabras, conceptos, ideas, etc.) y sus significados para llegar al punto de no aferrase a nada.

La alegría es el estado que se consigue cuando perseguimos nuestros objetivos y percibimos las posibilidades de alcanzarlas.

La felicidad es el estado que se consigue cuando se carece de cualquier peso mental.

Según el budismo, deberíamos aspirar al estado de felicidad y no de alegría, pues el estado de felicidad estaría al alcance de la decisión de renuncia, cuestionamiento y liberación de lo que se supone nos da alegrías o sufrimientos, esto sería una acción absolutamente personal y factible, sujeta a la voluntad personal.

La alegría, tiene un problema mayor y es que no depende 100% de las acciones personales, a la vez que esta es concretada, la satisfacción se desvanece, pues la adquisición de lo que le da alegría es una meta cumplida, por lo cual, el mismo logro provocaría un sufrimiento o vació, que necesariamente se lograría superar en la búsqueda de un nuevo objetivo, pero, volviendo a la posibilidad de encontrarse en la imposibilidad de conseguirlo, con un sufrimiento constante por ello, hasta lograrlo y una vez experimentada la satisfacción, caer nuevamente en el sufrimiento. 

La felicidad, en cambio, sería la negación de cualquier relación de apego. Todo lo que se relacione a satisfacciones, corpóreas, sensoriales, de consciencia o conocimiento, o de formaciones mentales, están sujetas a la sensación de sufrimiento, por lo explicado anteriormente. Por lo cual, la felicidad estaría, en la liberación de "eso" que impregna de deseo por conseguir esa satisfacción en una de los cuatro factores mencionados. 

Ninguna de las dos prácticas parecerían ser fáciles de cumplir, pues si bien, la búsqueda de alegría no es totalmente propia del sujeto, la felicidad tampoco lo es, ya que la naturaleza humana esta provista de un apego natural a las cosas, preferencias y aversiones que están en el plano corpóreo, sensible, conceptual y mental.

Al igual que en la frustración, está el darse cuenta que la alegría se desvanece por cuestiones que no dependen de uno e incluso por el logro o conquista de la misma, el continuo recaer en los apegos en los cuatro factores, podría generar un desgaste mental, ya que la no recaída depende de una continua atención plena (mañana, tarde, noche, días, semanas, meses, años)  que tampoco llevaría a una liberación definitiva, pues el mero descuido o desatención permitiría que la "puerta" a los apegos quede libre para los sentidos y conceptos mentales.  

Aunque, es obvio que quien escribe, es un neófito de los asuntos del desapego, y que en las escrituras budistas, se dice que una vez comprendido el desapego, se entra en el camino de no retorno. 
Igual pienso que este camino requiere una profunda concentración y atención sobre las tendencias para des-construirlas, por lo menos, en los primeros inicios. 

El ejercicio de búsqueda de la felicidad, requiere de tiempo para atenderse a si mismo, y la vida moderna, con sus sujeciones de poder, no permite esta contemplación continua, estamos "entregados" a un poder invisible (a simple vista) que nos condiciona a fracasar en el intentar de este camino, y darse cuenta, es caer en la depresión existencial pues supone la renuncia no solo a la condición de seres sociables que nos impone un ser fuera de si-mismo, si no al detener de un engranaje esclavizarte, (si dejas de producir, trabajar u obrar, por el tiempo suficiente para que tus recursos se agoten, no tendrás para comer). 

La realidad de nuestra carente libertad, se revela cuando intentamos detener los compromisos para solo contemplar las ataduras que se producen en los cuatro factores. 

Ahora bien, parecería haber una solución intermedia para los laicos que buscamos medianamente tener un esbozo de libertad, y estaría en saberse aprovechar las ventajas de las dos prácticas (la búsqueda de alegrías y la felicidad)

En la medida que esté dentro de nuestras posibilidades sería beneficioso, tener metas y proyectos para alcanzar lo que nos produce alegrías, aunque estas estén sujetas a lo que el sistema nos promueva con pre-diseños de satisfacciones y placeres, limitando, quizás, la libertad de elegir. Aún así, si esta cuestión no nos importa mucho, deberíamos recordar que hay innumerables factores que pueden afectar el logro de lo que optemos para lograr momentos de alegrías y en el momento en que las oportunidades carecen de propicias o prometedoras  posibilidades, hacer uso de la contemplación, viendo en esa imposibilidad la oportunidad y espacio adecuado para dedicar el tiempo a centrarnos en la atención plena, de los cuatro factores Budistas: CUERPO, SENSACIONES, CONCIENCIA Y FORMACIONES MENTALES.

Cuando disciernas claramente lo que depende de ti de lo que no, descubrirás cada día, tu momento para la contemplación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.