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jueves, 31 de diciembre de 2020

REFLEXIONANDO SOBRE LA AUTO-COMPASIÓN Y LA SEVERIDAD EN UNO MISMO

 

Es moneda de cambio, situación corriente que tengamos situaciones difíciles que afrontar, sea porque no nos gusta, no nos parece justo o no contamos con las habilidades, entendimiento o recursos para resolverlos. 

Es por este motivo que el practicar de no excederse ni exponerse más allá de los límites y capacidades que supone el enfrentar un problema y guardar energías mientras buscamos prepararnos  mejor hasta que la época o momento más apropiado para actuar se revela, se vuelve fundamental para conseguir la paz y cuidar la salud física y psicológica.

El tiempo de espera y preparación, tan necesaria para afrontar con éxito las vicisitudes de la vida, me recuerda al funcionamiento de una represa de agua, en un principio el agua se junta naturalmente, los momentos de sequía y la afluencia del río determinan el tiempo de llenado, este tiempo transcurre sin desbordarse, sin capacidad de producir fuerza suficiente para crear cambios en el terreno, el embalse lo contiene, hasta que un día la represa llega a su límite ideal para  abrir las compuertas, haciendo que su caída natural produzca el movimiento necesario para que se cree la energía suficiente para cubrir de vida a ciudades enteras.

En la vida, actuar como una represa es muy beneficioso, es muy bueno ser sigiloso, prudente, discreto hasta que llega el momento de actuar, y este actuar, al igual que el agua con la represa, es controlado y dirigido moderadamente para que el resultado sea el deseado. 

El actuar ansiosamente, siempre lleva a perder de vista la oportunidad justa para lograr el éxito.

¿Qué depende de ti y qué no depende de ti?

De ti depende el auto- control, saber esperar, observar, prepararte, cuidarte gentilmente y estar atento hasta que la oportunidad llegue, también depende de ti evitar caer en distracciones y hábitos que no te preparen adecuadamente para la oportunidad,  de la vida depende el momento en que esta oportunidad se presente o no.

Cuando las personas están distraídas en placeres y disfrutes, como en actividades innecesarias y agotadoras descuidan la preparación y el auto-cuidado, y cuando llega la oportunidad, esta se les escapa como arena entre los dedos, por estar distraídos, por haberse auto lesionado física o psicológicamente,  o por no estar preparados, estas personas por lo general echarán la culpa a los demás cuando vean que no pueden tomar o lograr el éxito cuando la oportunidad se les presenta. 

Es importante recordar que no toda austeridad es beneficiosa, al igual que en la metáfora de la represa saber que el tiempo de demora y el acumular agua es positivo pero tiene sus límites, no toda acumulación, espera o frugalidad son buenas. 

Las limitaciones siempre han de ser naturales, es decir, no han de sentirse forzadas, ni que suponga un desgaste de energía, la austeridad a de fortalecer no debilitar, de lo contrario, conviene cambiar de planeación, entrenamiento u objetivo, para que estos estén más adecuados a las posibilidades personales.

La energía, el esfuerzo y el tiempo no deben consumirse en esfuerzos, acumulaciones ni actividades banales, tanto como el acto de esperar como el de estudiar o entrenarse no han de desgastar, agotar, desalentar o empeorar el equilibrio mental y físico saludable de la persona.

Cuando las personas se auto-imponen límites o exigencias demasiadas severas se frustran, caen en angustias, estrés o depresiones, esto dificulta su verdadera preparación, atención y entendimiento, afectando el desarrollo o mantenimiento de las optimas condiciones personales y necesarias para actuar con efectividad cuando la oportunidad surja. 

Al igual que en los entrenamientos de artes marciales, defensa personal o cualquier deporte competitivo, si el entrenamiento es severo,  el cuerpo tendrá lesiones y agotamientos que afectará el potencial desempeño,  y cuando el momento oportuno surge, sus habilidades, no podrán ser liberadas o si lo hace estarán afectadas y limitadas por los errores de sus excesos en prácticas y/o limitaciones impuestas. 

Aunque si es verdad, que hay momentos donde el duro entrenamiento, así como, la determinación de saber soportar penas, sufrimientos, hambre o cualquier prohibición se hacen  necesaria para fortalecer aspectos de la mente y el cuerpo claves para el buen desempeño pero esto no ha de ser sostenido por un periodo muy extenso ya que el cuerpo como la mente se revelarán y luego colapsarán.  

Dominar adecuadamente piedad y la severidad con uno mismo permite evitar caer en el exceso de agotamientos y sufrimientos físicos y mentales.







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