¿Te gustaría contar con un super poder que te inyectara de energía para romper aquellos obstáculos que te impiden lograr lo que quieres?
¿Te gustaría contar con la capacidad de plantarte firmemente ante cualquiera que ostente faltarte el respeto?
Pues posees esa capacidad innata y la identificamos como IRA.
Desde las sutiles manifestaciones de enfado, hasta los arrebatos de odio, son funciones emocionales que pretenden proteger la integridad y dar las condiciones necesarias para la supervivencia.
Así como el miedo es la emoción protectora defensiva, la ira es la emoción protectora ofensiva.
Gracias a esta emoción, las habilidades personales consiguen su máxima expresión, haciendo que la persona "untada", resista y persista sobre su cometido, que es, la destrucción de la amenaza.
La ira bien dirigida, es la mejor aliada para cortar de raíz con las injusticias y los abusos.
Una vez liberada, esta siega a su portador o portadora, por lo cual convendría tener una liberación controlada y programada de la misma, mediante la filosofía que promueve la indignación.
La liberación de la ira a de ser producto de la meditación sostenida sobre los acontecimientos y la persecución de valores universales, buscando que la ecuanimidad y equilibrio entre las partes se establezcan, cuando toda posibilidad, pacifica, a estos valores, son obstaculizadas por agentes egoístas.
Dadas estas condiciones, se estaría en "permiso" de romper con las "cadenas" impuestas y autoimpuestas para así hacer lo necesario, y recuperar el equilibrio que se han arrebatado.
Con esta concepción de la ira como poder protector, teniendo como prácticas los hábitos de contención de la agresividad, y luego de una detenida y profunda meditación y búsqueda de soluciones pacificas para lograr una justa expresión de los principios y valores universales, se puede aceptar la idea de que indignarse ante los abusos, es bueno, pues tanto hacia uno como hacia el exterior, permitiría salirse de la indefensión o conformidad "carcelaria" de esa realidad.
Las estrategias que previamente, y junto a la meditación, son proyectadas para crear los cambios que traigan nuevamente el equilibrio, pueden ser agrupadas en pasivas-agresivas o activas-agresivas, eso dependerá de las posibilidades de victoria de cada una de ellas, pero esto es la parte operativa, la cual no es tema de este post, aún así, es necesario mencionarlo, ya que la emoción de indignación, ira y odio, respectivamente, será positiva siempre y cuando sea promotora de acciones que permitan lograr el fin de su existencia.
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