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martes, 26 de noviembre de 2019

Sobre INDIVIDUALISMOS, PAREJAS, AMISTADES y ORGANIZACIONES

En esta época de exaltación de la personalidad, la persona que se dice aséptica de la coyuntura social parece ser ejemplo de libertad de pensamiento e independencia de criterios.

Hay algo que es evidente y es que creer que por mera virtudes o habilidades personales se logran objetivos (entendiéndose la virtud como potencial que está ajeno a cualquier interacción e influencia social), por lo menos peca de ingenuidad, ya que esa creencia de omnipotencia significaría la potencialidad de manufacturarse cada recurso que satisficiera las necesidades personales, incluso debería pensarse que tiene la capacidad de extraer de su propio recurso, la materia prima con la cual fabricarselo, y sumándole la premisa que ningún orden social fuese dador o permisor de ese recurso.

Me pregunto: ¿cómo se puede entender la mera convicción de que los objetivos se logran por la pura voluntad y acción del individuo sin considerarlo en la ecuación que supone formar parte de una sociedad?

Incluso si se pensara en la aberración que supondría aplicar, en un grupo de personas, la indefención para conseguir la coerción de sus voluntades,
¿no sería en última instancia acceder a la voluntad de otros?

¿Cómo se pueden entender las capacidades individuales en las sociedades modernas?

 ¿Existe un poder mayor que la unión para alcanzar objetivos?

Suponiendo que la respuesta es SI, surge la pregunta:

¿Es la capacidad del individuo soberano, suficiente para prescindir de toda influencia social y aún así lograr sus objetivos?

¿Qué beneficios trae el ser INDIVIDUALISTA?


Tal vez la mayor ventaja que se le puede adjudicar al emprendurismo es que no hay contradicciones que puedan frenar la toma de decisiones, teniendo quizás una reflexión más detenida sobre los asuntos a no tener que estar debatiendo cada cuestión, mientras que se garantiza mantener fijo los objetivos.


Cuando se trata de PAREJAS, lo que se espera es una resignación de esos beneficios que supone tener una vida de individualidad, las mejores parejas, las más funcionales, son aquellas que saben renunciar por partes iguales a sus criterios personales y consiguen una fusión de sus intereses, deseos y objetivos. Que, por cierto, es lo más difícil de conseguir por la naturaleza humana de la expresión de su yo.

Suponiendo que se lograra esa fusión y se sincronizaran sus corazones, eso podría permitir crear atmósferas únicas, tanto para convencer a terceros como para anticipar intuitivamente los pasos de su compañero o compañera pudiendo así, lograr objetivos que podrían garantizar la seguridad personal, pues ambos estarían velando por el otro y trabajando para conseguir metas que garantizaran el bienestar de ambos. 


En lo que respecta a las AMISTAD, esta puede surgir cuando en la multiplicidad de relaciones se consigue la sinergia suficiente para crear simbiosis y hacer de los emprendimientos aventuras divertidas y libres de competitividad entre ellos. Son lazos que supone confraternizar. Con este ideal de igualdad, no existe diferenciación de rangos ni autoridad,  tampoco divergencias en objetivos.

De conseguirse la amistad se lograría el sincronizar habilidades conectadas tan íntimamente que literalmente los corazones vibrarían al unisono, y desde el sentimiento de sangha que surge de esa conexión, se comprendería que hay capacidad de lograr casi cualquier cosa.

 La verdadera amistad es mucho más complicada cuando al menos una de las partes es inexperta en estas cuestiones, trayendo complicaciones a las relaciones, es por esto que si no hay personas que entiendan correctamente el valor de la amistad, es conveniente estar solo.


Es aquí cuando la individualidad y la necesidad de unir fuerzas para lograr objetivos mayores proponen la creación de ORGANIZACIONES, que supone mucho menos esfuerzo que el renunciar a los deseos personales y encontrar justamente una nueva expresión del yo colectivo.

 Para evitar el caos que supone no tener la capacidad de mirarse en una relación de amistad y velando cada uno por sus objetivos, se hace necesario crear el orden y la autoridad, imponiendose así un líder, cargos, reglas, métodos y formalidades convenidas que permitan lograr acuerdos y entendimientos que lleven a una conjunción de los esfuerzos hacia un fin único y mayor que a su vez beneficie a los intereses individuales.



Desde esta exposición se podría deducir que la Individualidad, NO es una virtud loable sino que surge de una necesidad, producto de la incapacidad de las personas de tejer lazos de Amistad y de Parejas, quedando así solo la opción (hoy proliferante) de las Organizaciones privadas, publicas, con y sin fines de lucro.



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