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lunes, 2 de diciembre de 2019

SOBRE LA VIOLENCIA Y EL GENERO

Hay dos tipos de violencia hacia la mujer: la psicológica y la física, por lo general la violencia psicológica antecede a la física y puede ser lenta, gradual y continua. 



Cuando la violencia psicológica es burda, bruta y rápida, es señal de que el agresor ve oportunidad y se siente en supremacía física.


Hay tres grandes grupos de herramientas para que la mujer se pueda proteger; jurídicas, judiciales y las personales.

En la defensa personal hay dos prácticas, la prevención y la defensa física, ambas son sostenibles y eficaces si la persona está en un marco saludable (hábitos moderados respecto a la salud física y mental, nivel socio-educativo digno, refuerzo social positivo, educación cultural, formación profesional continua, estabilidad económica, posibilidades para el desarrollo de proyectos personales, etc.) para su psiquis.

Abordando los aspectos básicos que promueven un marco idóneo para la educación en defensa personal, se define el trabajo en las dos áreas temáticas:

La prevención incluye técnicas de recopilación y análisis de información para la educación en hábitos de seguridad.

 La defensa es la formación y entrenamiento en técnicas de defensa personal, psicológicas y físicas.



Antes de regresar al tema de la violencia de genero, debemos preguntarnos, ¿Qué es la violencia?


La violencia en sus diversas posibilidades, es la manifestación destructiva que la agresividad tiene como vía de liberación. La agresividad es inherente a la naturaleza humana ya que sin ella no se podría haber logrado los avances sociales que hoy en día tenemos, por lo tanto erradicar la violencia no es igual que eliminar la agresividad. Intentar erradicar la agresividad para evitar la violencia significaría extirpar parte de lo que nos hace humanos y nos construye como sociedad.

Establecer acuerdos por los cuales una sociedad civilizada encuentra las mejores formas de aprovechar la naturaleza (de la cual la agresividad es parte) para el beneficio personal y en su conjunto parecería ser la mejor opción.

Volviendo a la violencia de genero, parecería que cambiar la situación supone contar con políticas aplicadas desde la sociedad para encontrar un método de controlar los brote de conductas violentas hacia la mujer y de ruptura de la normalización de las mismas que puedan estar reproduciéndose culturalmente en la infancia y adolescencia. 


 Aceptando que el espíritu de la agresión está en los seres humanos, se podrá tomar medidas educativas que permita orientar la conducta hacia acciones positivas y controladas de la agresividad para que podamos protegernos a nosotros mismos de la autodestrucción y reconducir esa energía hacia acciones positivas o que por lo menos se disipen en acciones inocuas.


Hoy en día gracias a estudios tanto en del ámbito privado como en el universitario de España y del mundo (que están disponibles en google) se ha corroborado que el éxito en la reducción de la violencia se logra bajo tres prácticas: La práctica de filosofar, la práctica de meditar y la práctica de un arte marcial (entendiendo esta última como un entrenamiento no competitivo, donde se fomentan las normas pacificas de convivencia, enfatizando sobre el respeto y el auto control, bajo la observación y  habilidad pedagógica de un buen coach).

Solo una reflexión final:


Comencé a entrenar artes marciales en los años 90 (primer año de instituto) porque el acoso que recibía de parte de los compañeros era un infierno para mi vida, luego de años de práctica de artes marciales y ya habiendo alcanzado cierto grado de madurez, en el año 2007,decidí que en mis clases fomentaría la práctica del libre pensamiento filosófico, la meditación (no religiosa) y el entrenamiento del arte marcial (sin competencia), tuvieron que pasar 12 años más para darle nombre a esta forma de enseñar:


Aún así, el mundo y la violencia estuvieron históricamente antes si quiera llegara a esta forma y temo siga luego que ya no esté, pero continuando en mi reflexión concluyo que gracias a la visión de personas comprometidas en su búsqueda del bien social, la idea de que soy un eslabón de la cadena de compromisos creció en mí, haciendo eco en mi mente la frase de que... "tarde o temprano se conseguirá".


CERO VIOLENCIA, INTEGRACIÓN JUSTA


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