EXISTIR vs SUBSISTIR ¿cómo vivir en libertad y felicidad?

En este post entenderás por fin el porqué la llave de tu felicidad realmente sí está dentro de ti y que solo funciona para abrir la puerta a tu dicha si la  tomas por ti mismo/a.

Convengamos que para entendernos entre nosotros y acordar ciertos convenios, fragmentamos la vida en conceptos.

Es así que es fácil aceptar por lógica cualquier codificación que formemos, creando clasificaciones arbitrarias que pudieran ser el mismo ente pero que para facilitar su comprensión creamos y segmentamos ideas reducidas y delimitadas.

Ahora bien, desde aquí y acortando caminos, ya se podría argumentar que la dicha y la desgracia no sería sino expresiones interpretativas y acordadas de tu existencia, ya que sin tu existir nada podría ser. 

Pero ahondemos más en las razones del origen de la dicha y la desgracia y reflexionemos sobre la lógica por la cual se llega a las categorías:

Convengamos que si no existieras no habría nada, pues, ¿cómo podría haber algo para ti, sin estar presente?

 Por tanto parecería no haber realmente nada categórico por encima de la propia existencia.

 Pensamientos, creencias o convenios que pudieras tener en la sociedad en la cual te encuentras sumergid@ quedan subyugados a la razón de la existencia.

Lo segundo que se puede deducir sobre la propia existencia, es que esta es fuente y recipiente de todo lo que le sucede y serían las manifestaciones propias lo que se entendería como las cargas mentales, esto incluye lo que se supone que es y no es, lo que se acepta y rechaza de lo que se supone es, lo que se impone y lo que se intenta desanimar, en definitiva, todo lo conceptual y caracterización por las cuales nacen y se sostienen las ideas y pensamientos y que parecerían querer rellenar los huecos irracionales o con falta de entendimiento sobre la manifestación del sinsentido de la existencia propia. 

Lo tercero que se puede deducir es que una vez la fuente (tu existencia) cargada de conceptos y categorías, busca relacionarse con otras existencias, surgiendo el lenguaje simbólico de los conceptos para comunicarse una con la otra y entenderes según términos lógicos y formalizados, donde la lucha se centra en la presencia y evanescencia de la objetividad de estos acuerdos.

Es así que cargada la existencia de símbolos,  pasa sus momentos entre rebeldías y obediencias, caídas y remontadas.

Esto se puede entender con la clásica dicotomía que tanto se ve en las antiguas narraciones de luz y sombra, y que en las novelas y películas modernas se representan en sus diversas formas comunicativas del lenguaje simbólico.

Pero sin ir más lejos en la propia realidad diaria, las personas se rigen por la norma social de 

"por el día soy obediente de las leyes y responsabilidades, por las noches de fines de semana soy la expresión desbordada de mis "pasiones".

También se ve este dualismo en el arte y la música, que en definitiva no son más que expresiones de orden y liberación de pasiones.

¿Esto ha donde nos lleva?

Pues es fácil deducirlo, todas las personas intentan evocar la libertad pero no como concepto sino como forma comunicativa exitencial, aunque esa existencia al final termina vomitando conceptos y categorías aprendidas sin poder llegar a expresarse plenamente por y en su existir, lo cual termina provocando un vacío mayor que nuevamente obliga a cargarse de conceptos y categorías que den orden y sentido lógico a todo, para luego nuevamente romperlo.

Al final de un ciclo  repetitivo, la persona siente que carga una historia de desdichas que desearía no haber pasado, y sin saber cómo darle un giro real a su vida. 

Es así que se puede concluir que la dicha viene de saber liberarse de las cargas mentales.

La historia personal, las formas comunicativas y libertades conceptuales no son más que ruidos mentales dictatorios de la atención para distraerla de su propia existencia, 

La intencionalidad en definitiva no es egocentrismo ni la búsqueda lógica de normativas o la ruptura de ellas, sino en llevar la atención a través de la intuición para simplificar todo a una sola verdad, que es:

La consciencia vivencial es prueba de que existes en cada respiración y en cada captación onírica, en cada expresión natural y orgánica, ahí estaría la verdadera libertad, la verdadera comunicación, la verdadera historia, la verdadera felicidad.