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sábado, 20 de junio de 2020

¿BLOQUEOS MENTALES Y EMOCIONALES?

  En algún momento de la vida nos bloqueamos, eso es un hecho, y quienes pasamos por esto sabemos la frustración que acarrea.



 ¿Cómo salir rápidamente de este estancamiento mental y emocional?


Quizás el bloqueo surge por un hecho concreto o viene por una serie de acontecimientos acumulativos en algún área especifica como puede ser, estar mucho tiempo en paro, acumulación de trabajo sin poder concluir, diarias discusiones familiares o en pareja, etc.

Emocionalmente nos sentimos agotados, donde el discurso y los pensamientos más recurrentes son  victimarias, desligados de toda responsabilidad o culpándose excesivamente. La consciencia abrumada por una mirada sesgada intenta hacer todo lo cual conduce por caminos erróneos dejándonos en una situación de inacción, y ahí ya sin poder ni iniciativa, nos vemos incapaces de pedir consejos, o lo que es peor, caemos en las garras de aprovechados, al mismo tiempo que los cercanos se convierten en duros críticos de las decisiones y resultados personales.

 ¿Qué podemos hacer en estos casos?

Lo primero y más conveniente es soltar cualquier expectativa interna, lo paradójico de este estado es que no se está así por falta de expectativas, sino por no encontrar la manera de cumplirlas.
Es necesario enfrentarse a la realidad y eso implica romper los bloqueos mentales que produce la negación de no aceptar que quizás no se esté ni en condiciones ni en el momento o lugar adecuado para cumplir las expectativas.

Solo cuando somos capaces de renunciar a la idea que nos obsesiona y aceptamos la derrota, se nos abre un nuevo abanico de posibilidades.

Aparentemente quienes comprenden esta premisa, logran revivir sus esperanzas y procediendo a quitar hierro al asunto, nuevos "renaceres" quedan al descubierto.

Esto lo entendían muy bien los estoicos, quienes sabían que la ataraxia se podía lograr incluso en situaciones extremas como por ejemplo si le amenazaban con cortar su cabeza, pues residía en su voluntad y no en la del verdugo dejar cortársela.

Obviamente, no nos enfrentamos a situaciones "socraticas y la cicuta", por lo cual el método estoico podría ser aprovechado no solo  para encontrar la paz, sino para soltar obsesiones y ver nuevas alternativas.

Una vez logramos este entendimiento y nos empoderamos de la ataraxia, estamos en condiciones de re-negociar los acuerdos internos sobre lo que es y no es, sobre lo que esperar y ya no esperar, sobre lo que hacer y dejar de hacer.

Ya en este punto el dialogo interno pierde de victimización y pasa a las propuestas de acción.

Roto el bucle que nos mantenía en el rol de victimas y poniendo la mente al servicio de propuestas alternativas, los objetivos comienzan a ser más claros, acordes a las posibilidades reales.

Quizás por experiencia o por circunstancias limitantes, se comprenda que es prioritario economizar y actuar sobre lo más probable, encontrando así aquellas acciones y decisiones que llevaran a procurar lo más importante, aprendiendo así a decir, no, a muchas costumbres, propuestas o tentaciones.

Lo mismo con la calidad de vida durante este nuevo proceso, que gracias a la experiencia del fracaso, no se estará dispuesto a empeñar nuevamente el relax, el descanso y el disfrute del momento presente.

Los nuevos objetivos, renovarán la motivación, esto permitirá abrirse nuevamente al mundo, modificando no solo el dialogo interior sino la forma de comunicarse con el entrono social, encontrando así nuevas propuestas e ideas que ayudarán a la consecución de los objetivos, desarrollando nuevos talentos o aprovechando algunos que se mantenían ocultos a la luz de la propia consciencia.

Las relaciones variarán y surgirán nuevos acontecimientos que serán muy importante para el desarrollo de la vida personal.

Esto nos lleva al comienzo de esta reflexión y podríamos concluir que sin estos momentos de crisis, la vida sería una linea continua, incapacitando-nos para encontrar nuevos caminos que nos permitieran seguir descubriendo potencialidades personales para desarrollar habilidades nuevas.

Jamás se podrían haber gestado nuevos talentos personales sin previa crisis, y  en una realidad alineada nos anejamos a una forma de vida llana y carente de estímulos facultativos.

En conclusión:

 Los bloqueos mentales y emocionales no solo parecerían ser inevitables, sino también necesarios para la mejor oportunidad de que el proceso de cambio personal se de satisfactoriamente y sin muchas perturbaciones. La clave, entonces, residiría en la pronta aceptación del fracaso y la renuncia a conseguir lo que se desea, para evitar caer, o para salir con prontitud, de cualquier estado de negación que impidiera ver las oportunidades de lograr nuevos objetivos.


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